- Señorita Taggart, ¿conoce usted el estado de ánimo de quienes ocupan un lugar secundario en la vida?. Están dominados por el odio hacia los logros de los demás. Son mediocres que permanecen quietos, temborosos, temiendo que el trabajo de otro resulte mejor que el suyo. No tienen la menor idea de la soledad que se apodera de uno cuando se alcanza la cima, la soledad de anhelar un igual, una mente capaz de admirar y respetar el exito ajeno. Nos enseñan los dientes desde sus madrigueras, pensando que a uno le complace que el propio brillo los haga casi invisibles mientras la realidad es que cualquiera daría un año de su vida para observar un chispazo de talento en alguno de ellos. Envidian el éxito y su sueño de grandeza es un mundo en el que todos sean inferiores a ellos y así lo reconozcan. No se dan cuenta de que dicho sueño es la prueba infalible de su mediocridad, proque semejante mundo es precisamente el que el exitoso no prodría soportar. No tienen modo de saber lo que aquel siente cuando está rodeado de inferiores. ¿Odio? No, no es odio, sino aburrimiento, un aburrimiento terrible, desesperanzado, vacio y paralizante. ¿ De qué sirve la alabanza y la adulación provenientes de personas que uno no respeta? ¿ Ha sentido alguna vez el anhelo de encontrar a alguien que le provoque admiración? ¿ Alguien a quien no mirar desde arriba, sino todo lo contrario?
sábado, 10 de marzo de 2012
Citas de Literatura,
Filosofía,
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La rebelión de Atlas - Ayn Rand
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1 Comentarios:
Que hermoso blog, interesantes temas, Un abrazo
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